Conducir, coger el coche es una de las actividades más complejas que el cerebro humano lleva a cabo de manera cotidiana. Si bien esta es una destreza aprendida y, para los conductores expertos, un vehículo puede llegar a percibirse como una extensión del propio cuerpo, la conducción requiere, al menos, la puesta en marcha de cinco complejos mecanismos cognitivos:
Escaneo visual, a través del cual somos capaces de identificar y leer señales, reconocer los elementos que nos rodean y comprender la velocidad de estos.